Etiqueta: historia

marzo 27, 2019 0 Por Alberto Buscató Vázquez

El mendigo

Eran las doce del mediodía de un día cualquiera. Jueves, creo, pero quizás fuese miércoles. Esperaba sentado en la primera mesa que vi de una de las muchas cafeterías que alegran una estación de una ciudad europea cualquiera. Eso sí, una estación central.A mi lado se sentaron dos personas, él y ella. Él vestía con una camisa cara a medio abrochar, un pelo escrupulosamente alborotado y  una tirita en la cara, a la altura del pómulo izquierdo. Izquierdo según yo, derecho según él, claro. Ella vestía su piel morena con todas las formalidades posibles, incluyendo un alemán perfecto que camuflaba los orígenes de sus padres o, quizás, de sus abuelos (¿qué más da, de todas formas?). Una coleta dejaba escapar un único mechón de pelo que se caía revoltoso por el lado derecho de su rostro. Derecho según mi perspectiva, izquierdo según la suya, claro.

diciembre 16, 2018 0 Por Alberto Buscató Vázquez

Cinco falsas ideas de nuestra cultura

¿Cuántos continentes hay? ¿Cuántos colores? ¿En qué época histórica estamos? ¿Estás seguro? Las diferencias culturales son tan marcadas que afectan incluso a las ideas más básicas del día a día. Las onomatopeyas que usamos, el concepto de país o el de continente, los colores que vemos o la división de la historia son artefactos humanos que estructuran la realidad, explicándola de una forma determinada. Siendo, quizás, poco más que anécdotas, nos hacen ver cómo la cultura es una forma (entre tantas otras) de entender el mundo. Cada una de estas formas tiene ventajas e inconvenientes, pero es importante entender cada cultura bajo sus propios conceptos. Veamos algunas de estas ideas.

diciembre 11, 2018 0 Por Alberto Buscató Vázquez

Parte VII: El desierto del Thar

No sé qué hora sería. Llevábamos ya un buen rato durmiendo, eso seguro. Nos despertamos con los ladridos de más de una docena de perros que, a nuestro alrededor, aullaban y ladraban como locos. Estaban hambrientos. Los aullidos atraían a más perros, mientras el guía los espantaba con un palo sin levantarse de la cama por el frío y la pereza. Me tranquilizó verle así, pues no debía de considerarlos una gran amenaza. Menos mal que éramos cuatro adultos, un niño y sendos camellos, porque si no nos habrían comido… Si llego a estar solo, me comen. Sin duda… Menos mal que no me adentré solo en el desierto, porque no habría salido de él. Eso sí, a esta hora las estrellas, incluyendo la vía láctea, se veían de maravilla.