El sistema de la naturaleza (II)

El sistema de la naturaleza (II)

septiembre 4, 2021 0 Por Alberto Buscató Vázquez

       El segundo reino en la naturaleza es el de los vegetales, que «es vida compuesta, pero sin movimiento voluntario». Estas se pueden dividir en varias familias: las palmeras que son «las princesas, propias del océano índico […] de una notable excelencia, con un tronco visiblemente invariable, simplísimo y perenne, coronado por una frondosa corona siempre viviente»; las gramíneas, que son «el pueblo llano, campestre […] plantas rústicas, muy comunes, simples y vivaces, cuyos constituyentes son fuertes y robustos […] y se multiplican en gran medida»; las flores, que serían las «patricias, élites prominentes, orgullosas con sus luminosas vestimentas festivas»; hierbas, «nobles de las praderas, anodinas y polimorfas»; los árboles, «próceres selváticos, de orden noble y tronco perenne, a cuyos pies crecen los siervos que se nutren desfavorablemente de él»; los helechos, de «miembros externos, acechantes, que crecen a las espaldas»; musgos, son «siervos, esponjosos, tupidos al imbricarse, con capacidad de revivir de restos anteriores, agresivos, omnipresentes y numerosísimos»; las algas, «nativas, nacidas en el agua, sucios, renovables, abstinentes»; los hongos, «nómadas, otoñales, bárbaros, desnudos, pútridos, ladrones y voraces».

       Pero, a diferencia del reino de los animales, donde las clases son relativamente vulgares (es decir, conocidas por todo el mundo), en el caso de las plantas es más difícil dividir su reino en clases. La forma más fácil y directa para clasificar la multitud de plantas que existen depende de la disposición de los órganos sexuales, tanto de los estambres que portan el polen (masculinos) como del pistilo que los recibe (femenino), así como de la disposición que estos tienen dentro de la flor. Así encontramos, en primer lugar, las plantas que tienen florescencia pública y aquellas «cuyas flores apenas se observan con nuestros ojos desnudos» (CRYPTOGAMIA). Las primeras se dividen en MONOCLINIA, donde «todas las flores son hermafroditas, pues tienen estambre y pistilo» y DICLINIA, con «flores masculinas y femeninas en la misma especie», pero no juntas el mismo individuo, es decir, en la misma planta. En estas últimas se encuentran las clases MONOECIA, DIOECIA y POLYGAMIA.

       Las monoclinias se dividen a su vez en DIFFINITAS, en las cuales «los estambres no están unidos en ninguna de sus partes», aunque se encuentren dentro de la misma flor, y las AFFINITAS, donde «los estambres están unidos bien entre sí bien al pistilo». En estas últimas tenemos las clases MONADELPHIA, DIADELPHIA, POLYADELPHIA, SYNGENESIA y GYNANDRIA. Entre las primeras están las INDIFFERENTISMUS, «sin subordinación entre cónyuges», es decir, que «la longitud de los stambres es indeterminada», mientras que en las SUBORDINATIO, «ciertos cónyuges son preferidos a otros», para lo que «dos estambres son siempre más cortos». En los últimos encontramos las clases DIDYNAMIA y TETRADYNAMIA, mientras que entre los primeros encontramos el mayor grupo de clases: MONANDRIA, DIANDRIA, TRIANDRIA, TETRANDRIA, PENTANDRIA, HEXANDRIA, HEPTANDRIA, OCTANDRIA, ENNEANDRIA, DECANDRIA, DODECANDRIA, ICOSANDRIA y POLYANDRIA.

       Las clases 1‒13 se clasifican por el número de estambres, de uno a una multitud, y se subdividen por el número de pistilos (de uno a multitud); las clases 14 y 15 tienen de cuatro a seis estambres por pares, siendo dos y cuatro respectivamente más largos, y dividiéndose por el tipo de fruto que forman (GYMNOSPERMIA y ANGIOSPERMIA, y en SILICULOSA y SILIQUOSA respectivamente); en las MONADELPHIA todos los estambres están unidos por la base, en las DIADELPHIA, unidos en dos grupos y en la POLYADELPHIA en varios; en la SYNGENESIA, los estambres están unidos por las anteras (como en los Chryſanthemum); en la GYNANDRIA, estos surgen o están unidos al pistilo (como en las Orchis); las MONOECIA tienen flores masculinas y femeninas en la misma planta, pero separadas (Pinus); las DIOECIA tiene individuos masculinos y femeninos separados (Cannabis); en las POLYGAMIA cada planta puede ser hermafrodita, masculina o femenina (Ficus); y, por último, las CRYPTOGAMIA son aquellas cuyas flores y semillas no se ven con los ojos desnudos (como los FILICES o helechos, MUSCI, ALGÆ y FUNGI).

       De esta manera, se puede clasificar muy fácilmente cualquier nueva planta, mirando únicamente la disposición de sus órganos sexuales, si bien estas clases no representan grupos naturales. Por eso dentro de cada clase podemos encontrar múltiples características, no compartidas en general, incluyendo árboles y herbáceas en la misma clase, una disposición irregular de los pétalos, etcétera.

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