Lo que usted tiene ante sí es una obra escrita durante diez largos años, si bien de manera inconsciente e inconstante, también de forma pura e integra. Palabra a palabra, silencio a silencio, se ha ido desgranando, no a partir de mí ser, sino a través de él, la obra que está escuchando: pagānus.
Del latín «pagos», es decir, «pueblo» o «aldea», pagānus significa lo que pertenece al pueblo, o lo que se hace en el pueblo. Valga por el momento tomarlo como sinónimo de «lo urbano», fruto de la gratuidad y devoción de la comunidad en la que se gesta. Este concepto («pagano») era usado para referirse de manera despectiva a los que no eran aceptados por el sistema impuesto. Pagānus es, como siempre ha sido, si no anti-sistema, sí a-sistema. Y si bien no es aceptado por las instituciones autodenominadas «oficiales», tampoco es perturbado por ellas. En ese sentido, es un puro-sí-mismo.
Pagānus es un organismo, un ente vivo y, como tal, tiene sus propias normas y formas de ser, escapando a ser encasillado en cualesquiera categorías. No espere por lo tanto que pagānus se amolde a usted, pues ha crecido independientemente de sus gustos e intereses. Quizás no esté acostumbrado a un ente de tales características pero tampoco se le exige apreciación alguna. Él seguirá siendo, siempre, lo que ya es.
Sea bienvenido, pues, a pagānus.