Aristóteles (IV) – Dialéctica y lógica

Aristóteles (IV) – Dialéctica y lógica

       La forma o rigurosidad con la que se expresa la veracidad o falsedad de un enunciado da lugar a cuatro tipos. Los primeros son los enunciados didácticos, es decir, «los que prueban a partir de los principios peculiares de cada disciplina» (RS 165b1). Estos constituyen una demostración cuando se parte de ideas «verdaderas y primordiales» y son enunciados desviados cuando se parte de ideas propias de una rama del conocimiento (como la geometría), que funcionan en dicho ámbito, pero no son verdaderos en sí mismos. Nótese la crítica platónica a la veracidad absoluta de los enunciados de la geomtría en la República 510c-e. Por otro lado, los enunciados dialécticos son «los que prueban la contradicción a partir de cosas plausibles» (RS 165b1); los críticos son «los construidos a partir de cosas que resultan plausibles para el que responde y que es necesario que sepa el que presume tener un conocimiento» (RS 165b5); y los erísticos son «los que, a partir de cosas que parecen plausibles, pero no lo son, prueban o parece que prueban» (RS 165b5).

Los tópicos de la dialéctica

       Con estos elementos podemos analizar los tópicos de la dialéctica, es decir las formas básicas en las que se desarrolla esta práctica, cuya tarea consiste en «encontrar una capacidad de razonar acerca de aquello que se nos planteara entre las cosa que se dan como plausibles» (RS 183a-b). Es, por lo tanto, un ejercicio y una forma de traer algo de luz a las cosas que no son completamente ciertas, pero tampoco evidentemente falsas, sino planteables y debatibles, útiles para ejercitarse en el pensamiento y la argumentación: «tales argumentos se dan por mor de ejercitación y ensayo, y no de enseñanza» (Tóp. 161a25). Conocer la dialéctica permite discutir y pensar adecuadamente, desarrollando la técnica para razonar sobre cualquier problema a través de ideas plausibles, evitando siempre caer en una contradicción. La obra Tópicos fue escrita poco después de abandonar la academia, y recoge la práctica habitual de discusión de esta.

       Estos «lugares» o tópicos son esquemas vacíos de contenido, pero con una estructura válida, que permite alcanzar una conclusión a partir de unas premisas. Así da Aristóteles por primera vez un método para analizar una cuestión en base a su forma, es decir, independientemente de su contenido, describiendo con una gran prolijidad de ejemplos los distintos lugares del accidente, del género, de lo propio y de la definición.

       Sin embargo, la mera enumeración de formas concretas de argumentar no constituye un conocimiento científico acorde a la mentalidad académica. Si bien la argumentación es una realización concreta, particular, de un enfrentemiento de posturas, la dialéctica se da acorde a, digamos, reglas universales, cuyo carácter apodíctico es similar al de las matemáticas. Esto es desarrollado en los analíticos, que formalizan la ciencia de la lógica, aplicando al lenguaje y al pensamiento la forma de ser de las matemáticas, de tal menra que si bien los tópicos vienen de la dialéctica platónica, la lógica aristotélica proviene de las matemáticas de la academia.

Los enunciados apodícticos – Sobre la interpretación

       La dialéctica trata de las discusiones plausibles, mientras que la lógica es el estudio de los argumentos necesarios, es decir, apodícticos (que versan sobre lo que es o no es necesariamente). Las distintas relaciones entre los términos pueden ser, por un lado, tanto afirmativos como negativos: «una afirmación es la aserción de algo unido a algo, y una negación es la aserción de algo separado de algo» (Int. 17a25); y, por otro lado, tanto universales como singulares: «Llamo universal a darse en todos o en ninguno, particular a darse en alguno o no darse en alguno o no darse en todos» (AI 24a20). Por ejemplo

Tipos de aserciones Afirmativa Negativa
Singular algún hombre es músico algún hombre no es blanco
Universal todo hombre es animal ningún hombre es eterno

       Hay distintos tipos de relación entre enunciados singulares, universales, negativos y afirmativos. El enunciado universal afirmativo es contradictorio con el particular negativo («todo hombre es blanco» es contradictorio a decir «algún hombre es no blanco»). Es decir, «necesariamente cada una de las dos ha de ser verdadera o falsa» (Int. 17b25), pero no pueden darse ambas como verdaderas ni ambas como falsas. Lo mismo ocurre respecto a la universal negativa con la particular afirmativa. Sin embargo, la universal afirmativa es contraria a la universal negativa, es decir, no pueden ser ambos verdaderos, pero pueden ser ambos falsos (pueden ser la mitad de los hombres blancos y la mitad no-blancos). La particular afirmativa es subcontrario de la particular negativa, es decir, ambos pueden ser verdaderos (puede haber «algún hombre blanco» y «algún hombre no blanco») y ambos pueden ser falsos (puede darse el caso de que no existan hombres). Téngase en cuenta que «en la contradicción no hay término intermedio, mientras que sí puede haberlo entre los contrarios» (Met. 1055b1), hasta el punto de que «los intermedios son compuestos de contrarios» (Met. 1057a15).

       Por último, la universal afirmativa es subalterna de la particular afirmativa y mismo ocurre con las negativas. Los subalternos son relaciones de implicación, es decir, si A o E son verdaderos, I u O también respectivamente (el universal implica el particular, si «todos los hombres son blancos», entonces necesariamente alguno lo será), pero no a la inversa, es decir, el particular verdadero no implica verdad o falsedad en el universal (que algún hombre sea blanco no implica que todos lo sean). Aunque la negación del particular implica la negación del universal (si es falso que «algún hombre es blanco», también lo es que «todos los hombres son blancos»), pero la verdad del particular no implica ni la verdad ni falsedad del universal (que «un hombre sea blanco» puede significar que todos lo son o solo algunos). Es decir, ambos pueden ser verdad al mismo tiempo o ambos pueden ser falsos o la universal afirmativa puede ser falsa siendo la particular afirmativa verdadera (pero no al revés). En definitiva, de la relación de los tipos de enunciados obtenemos tenemos el siguiente cuadro:

Puedes continuar leyendo Aristóteles (V) – Las tres figuras.

Citas

  • Ediciones de Biblioteca Clásica Gredos de las siguientes obras aristotélicas:
    • Tóp. Tópicos
    • Int. Sobre la interpretación
    • Met. Metafísica
    • RS. Refutaciones sofísticas
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