Departamento de Huehuetenango

Departamento de Huehuetenango

            Decidimos ir hasta el que quizás sea el departamento más aislado de Guatemala (ya que el Petén está mejor conectado) para ver alguna ruina maya y los cenotes que limitan con México. Tardamos varias horas en llegar a la ciudad que da nombre al departamento y al día siguiente nos levantamos pronto para ir a las ruinas de Zaculeu.

¿Qué sería de los viajes sin la comida callejera? Aquí, café con leche y bizcocho casero de un puestecito en el Parque Central de Huehuetenango.

            Fue una decepción. De las cuarenta y tres ruinas que se supone que forman el complejo, sólo alrededor de seis están visibles, además de estar muy mal reconstruidas, pues se han recolocado las piezas a lo loco y se ha recubierto todo con cemento. Fue la compañía de frutas United Fruit Company, de los Estados Unidos de América, la que financió una reconstrucción a toda prisa para atraer turistas a la zona. Nosotros picamos.

Texto del «museo» de Zaculeu.

            Un grupo de adolescentes entraron justo delante de nosotros. Pagaron cinco quetzales cada uno, mientras que a nosotros nos cobraron cincuenta por haber nacido en el lugar equivocado. Nada más entrar, se fueron directos a un mercadillo que habían colocado en el interior de las ruinas donde vendían, entre un montón de tonterías, unas bocinas que decidieron comprarse los quince adolescentes. Idea nefasta…

            Salimos a los pocos minutos de las ruinas y, dado que las oficinas turísticas de la ciudad nos habían dicho que había poco más que ver en el departamento, aparte de los cenotes y de Todos los Santos Cuchumatán, cuyo interés son las fiestas regionales que se celebran en Noviembre, decidimos dirigirnos a Nentón para visitar Los Cenotes de la Candelaria. Este municipio está en la frontera con México, y es una de las zonas más aisladas de Guatemala. Tras varias horas por carreteras de tierra entre la vegetación, llegamos a un pueblo pequeño, cuya mayor parte está ocupada por un mercado callejero con mucha vida. Todo parece hacerse al aire libre, fíjense en la gasolinera (fotografía de la derecha).

            Pasamos la mayor parte del día viajando, por lo que esperamos hasta el día siguiente para ir a ver los cenotes. Al poco de amanecer, nos dirigimos a un restaurante cualquiera, desayunamos fuerte y pedimos almuerzo para llevar. Al largo recorrido de ayer hay que sumarle el trayecto a Chacaj, de unos 45 minutos en furgoneta, y el camino hasta la entrada, que lo hicimos en una especie de moto-taxi azul y cerrado. 35 quetzales en total, aunque llegaron a pedirnos 500…

En Guatemala es extremadamente complejo ser vegano. No tienen productos suficientes para ello, especialmente cuando te alejas de las grandes ciudades…

            Comenzamos a andar los últimos dos kilómetros que nos quedaban para llegar a los cenotes, cuando pasó una ranchera con una familia guatemalteca que iba en nuestra dirección.

–¿Nos lleva?

–¡Sube!

            Nos echamos al maletero junto con varios jóvenes de la familia y acabamos pasando la tarde con ellos. Abuelos, hijos, nietos y sendas parejas de algunos de ellos se habían juntado para conocer, aunque fuese un par de días en el fin de semana, las bellezas de su país. Y ahí íbamos nosotros, juntos y revueltos. Pasamos el día en los cenotes y en las fuentes del río Jordan charlando y bañándonos con ellos.

            Una de ellas nos estuvo contando que estudiaba para profesora y que quería enseñar la gramática de su lengua natal, el mam, para que no se perdiese. Había sido reina de su pueblo (de los concursos de belleza, se entiende) el año pasado, por lo que en unos días tenía la entrega de la corona a la próxima reina. Parecía que le daban igual los honores de ser reina, pero hablaba con orgullo de vestir con sus trajes regionales y mostrarlos a la ciudad.

Nótese que la palabra «madre» es igual que la palabra «mujer», mientras que «padre» y «hombre» se dicen distinto.

Nos despedimos de la familia, les dimos las gracias por el día y nos dirigimos hacia el último destino del viaje: Antigua Guatemala.

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