Etiqueta: manifiesto

mayo 31, 2021 0 Por Alberto Buscató Vázquez

Marx (XIII): Comunismo

«El capital ha pasado a controlar todos los fenómenos de la vida moderna, incluyendo las relaciones internacionales, las dinámicas de desarrollo histórico y hasta la propia vida de sus individuos, oprimiendo principalmente al proletariado, pero también a la clase dominante: la burguesía. Sin embargo, de las propias dinámicas del sistema de producción capitalista surgen las causas de su propia extinción: las crisis cíclicas y el hartazgo del proletariado, que terminarán con este sistema para volver a la cooperatividad del trabajo y establecer la igualdad entre seres humanos. Aquí surge el comunismo, de la extrema situación en la que se encuentran los trabajadores en las fábricas, incluyendo mujeres (que antes no trabajaban en ellas) y niños, que se veían obligados a realizar jornadas laborales de más de 16 horas con muy malas condiciones de trabajo, que llegaban a acortar notablemente sus vidas».

abril 24, 2021 1 Por Alberto Buscató Vázquez

Marx (V): La creación del sistema de clases

«El sistema de producción capitalista no sólo produce mercancías y beneficios económicos, también las estructuras sociales y las clases que lo sustentan. Este sistema se fundamenta en «únicamente dos clases: la clase trabajadora, que solo dispone de su fuerza de trabajo; y la clase capitalista, que ostenta tanto el monopolio de los métodos de producción sociales como del dinero». Por lo tanto cualquier trabajador independiente debe ser convertido en jornalero, por lo que este sistema «reproduce, cada vez en mayor extensión, la clase de los jornaleros y transforma la inmensa mayoría de productores inmediatos en jornaleros». Los trabajadores son «meros poseedores de las fuerzas de trabajo propias», la cual ponen a disposición del capitalista vendiéndose durante cierto tiempo (sin esta limitación, son esclavos) y los «poseedores de mercancías» disponen de ella como una mercancía más, junto con las materias primas y los instrumentos necesarios: «la propia persona, observado como un ser de fuerza de trabajo, es un objeto natural, una cosa, aunque viva y autoconsciente»».